La depresión en nuestra sociedad
Los estados de ánimo deprimidos son característicos de nuestra época, debemos estar pendientes de las informaciones que anejamos, tanto internas como externas.
¿Qué es la depresión?
El concepto depresión hace alusión a un estado de ánimo bajo, ligado a una tristeza profunda, la cual puede aparecer de repente y sin causa, se hace presente la irritabilidad, el enojo y la culpa, sentimientos de desesperanza, entre otros que afectan directa y negativamente nuestro estado de ánimo. Existen otros tantos documentos que intentan dar un significado a este tan intricado termino, y es difícil definirlo por las muchas aristas que envuelve como concepto.
¿Cómo nos afecta la depresión en nuestra sociedad moderna?
Nuestra sociedad actual, siempre prometiendo ser más brillante cada día, gracias a sus grandes avances científicos, los cuales nos han llevado a tener el mejor posicionamiento entre de todas las especies que pueblan el globo. Estos avances en la medicina, la industrialización, la educación, las tecnologías de la información y la comunicación, entre otros aspectos importantes de la vida, nos exigen frecuentemente, más velocidad y perfeccionismo, a fin de mantener funcionando estos sistemas, los cuales son imprescindibles para la mayoría.
Pero, curiosa, y lamentablemente, junto a una vida productiva cada vez más rica, vemos que la bendición de estos avances, a veces, se convierte en nuestra maldición. En los negocios, hospitales, escuelas y empresas, vemos personas tristes, irritables, desesperanzadas y agotadas psíquicamente. Sabemos que la prontitud y excelencia que se exige en la obtención de productos y servicios que cubren las necesidades de la muchedumbre hambrienta, han provocado el hundimiento de nuestra estabilidad emocional en ese foso sombrío llamado depresión.
¿Por qué estamos tan deprimidos?
Trabajamos para tener más bienes, para asegurar a nuestra prole una mejor educación y crianza, para sentirnos realizados, y así ser felices. Deseamos vehementemente cumplir estos objetivos, pero en el proceso, nos hemos olvidado de que para gozar aquello que ganamos, necesitamos de tiempo para nosotros, tiempo para compartir impresiones positivas con los demás, tiempo de cubrir nuestras necesidades y no solo las de los demás.
La depresión se hace presente en nuestras vidas cuando, en vez de buscar la felicidad dentro de nosotros mismos, la buscamos a través de los placeres efímeros que prometen los bienes materiales; estos accesorios externos no nos protegen de la depresión, más bien, pueden causarla o agravarla. En este vaivén de la vida muchas veces recurrimos a prácticas nocivas, como el uso de drogas estupefacientes.
Todos los días la vida es más difícil, se torna más imposible distribuir ese tan necesario tiempo, entre los afanes de esta vida “cómoda” y ligera. Nos hemos perdido en el trabajo, en el estudio, en el dinero y el poder, sacrificando momentos de calidad con la familia o los amigos. Todo esto lo hemos provocado nosotros mismos, no sabemos el daño que nos hacemos, hasta que afloran las consecuencias negativas de nuestros actos. No en vano reza un proverbio chino; el ser humano es el único ser que se complace en destruirse.
¿Por qué el ser humano moderno se deprime tanto?
Entendemos que el ser humano es gregario, es decir busca caber en la manada; para ello se requiere residir a la altura de los que viven allí, y así nos hemos olvidado de dar el espacio que necesita nuestra mente para descansar de nuestra “premura vital” , un espacio que cada vez se siente más pequeño. No es malo intentar relacionarse y compartir con otros, pero cuando esto se torna obsesivo, tiene parte la depresión, pues nos pedimos más de lo que podemos dar.
Gastamos mucho en ropa y menos en salud, mucho en celulares, poco en educación, mucho en nada y poco en mucho. Si aprendiéramos a gestionar nuestras emociones y las de los demás, si gastáramos tiempo en educarnos y educar a otros al respecto, estaríamos mejor protegidos de la depresión. ¿Protegidos? Te preguntarás ahora ¿de qué debería protegerme si gozo de la vida, de los amigo y demás? Pero el hecho de gozar de estas cosas no te protege del todo, tienes esto porque tienes cierta calidad de vida, pero ¿tienes un plan B si todo da un revés inesperado?
El ser humano en su propia cárcel
Nosotros, siempre presos de las circunstancias, evaluamos nuestra situacion global según el estereotipo común contemporáneo, ¿Qué haría aquel si pasara esto? ¿Qué haría el otro si pasara aquello? Mejor le pregunto a otro. Si bien es bueno pedir consejos, muchas veces los requerimos de las personas equivocadas, rara vez vamos al psiquiatra o psicólogo, por ello debemos estar avisados siempre y visualizar la realidad de la vida, la misma que nos advierte de que las circunstancias pueden cambiar para nuestro perjuicio; la muerte de un familiar, lo que pasará ciertamente, una enfermedad física, un despido inesperado, en fin, mil situaciones que nos vuelcan las más dulces esperanzas de bienestar.
¿Se puede comparar el impacto de la depresión con otras enfermedades del siglo?
El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), el cáncer, el covid-19, la diabetes, problemas hipertensivos, entre otros problemas de salud que han azotado, azotan y azotarán nuestra sociedad, todos están ligados a la depresión, pues pueden tornar, de repente, a una persona equilibrada, emocionalmente hablando, en depresiva o por lo menos presentar algunos de sus síntomas. Todos estos males quedan rezagados en comparación con la depresión, la cual promete quedarse, hasta que el ser humano entienda que la vida es una sola y que debemos valorarnos.
A través de la historia de la humanidad, las enfermedades se han cobrado millones de vidas, pero las muertes por suicidios, gracias a la depresión, no se quedan atrás. Las personas atentan contra su vida si no encuentran apoyo, y como sabemos, muchas veces no podemos o queremos recibir ese apretón de manos, ese abrazo caluroso o esa sonrisa que no alegraría el día, y por ello, muchas personas permanecen en un estado depresivo por mucho tiempo, inclusive años.
En mi practica medica con pacientes diabéticos, he visto la tristeza, desesperación y visión catastrofista que tienen muchos sobre su futuro próximo, y no es para más, ya que al verse sin alguno de sus miembros, sin poder caminar, cuando antes lo hacía, sin poder disfrutar de ciertos alimentos que antes degustaba, es verdaderamente difícil de digerir, pero con el apoyo necesario y con la educación correcta, pueden enfrentar esa nueva realidad que les perturba.
Depresión, vista desde el DSM-5
Según el Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastorno Mentales, en su quinta edición (DSM-5), tomando como partida el trastorno depresivo mayor, la depresión se define bajo cinco criterios: Criterio A, se refiere al estado de ánimo bajo y/o a la perdida de interés o de placer, Criterio B hace alusión al malestar clínicamente significativo que surge en este trastorno, el Criterio C menciona que el episodio depresivo no se debe a efectos fisiológicos causados por una sustancio o de otra afección medica.
En cuanto al Criterio D, dice que el episodio de depresión mayor se explica mejor por un trastornaron esquizoafectivo, esquizofreniforme, a la esquizofrenia, a un trastorno delirante u otro trastorno especificado no especificado del espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.
Finalmente el Criterio E nos dice que el mismo se cumple si nunca ha habido un episodio maníaco o hipomaníaco, característico del trastorno bipolar I y II. Nos dice también que esta exclusión no se aplica si todos los episodios del tipo maníaco o hipomaníaco son inducidos por sustancias o se pueden atribuir a los efectos fisiológicos de otra afección médica.
en este criterio es en el que se agrupan la mayoría de todos los signos y síntomas de lo que conocemos como depresión, se caracteriza por episodios determinados de al menos dos semanas de duración (aunque la mayoría de los episodios duran bastante más) que implican cambios en el afecto, la cognición y las funciones neurovegetativas, y remisiones interepisódicas. Los trastornos depresivos están compuestos por:
otros trastornos ligados a la depresión
El trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo, el trastorno de depresión mayor, el trastorno depresivo persistente (distimia) el trastorno disfórico premenstrual, el trastorno depresivo inducido por una sustancia/medicamento, el trastorno depresivo debido a otra afeccione médica, otro trastorno depresivo especificado y otro trastorno depresivo no especificado.
Estos trastornos presentan los signos y síntomas característicos de los estados depresivos, pero, además de estos, existen trastornos comórbido, es decir, trastornos que pueden darse durante los trastornos depresivos. Hay otros trastornos, los cuales cursan con depresión, como en el Trastorno bipolar, Trastorno de estrés postraumático, trastorno de ansiedad, entre otros, a los cuales dedicaremos artículos separados, por lo complejos que son.
El suicidio en la depresión
El suicidio es el acto de intentar o lograr quitarse la vida a sí mismo. dentro de sus principales casas podemos mencionar:
- La fatiga y la pérdida de sueño,
- Una brusca pérdida de apetito,
- Cambios bruscos en el estado de ánimo,
- Un deterioro significativo en la ejecución de las tareas académicas,
- Un incremento en la conducta de fumar,
- Escribirles cartas a sus amigos,
- Un incremento del consumo de licor o drogas o el regalar pertenencias preferidas
- Cambios en el comportamiento (falta de concentración en la escuela, trabajo o en tareas rutinarias, calificaciones que empeoran);
- Cambios en la personalidad (parecen tristes, aislados, irritados, ansiosos, cansados, indecisos o apáticos);
- Cambios físicos (falta de energía, subir o bajar de peso repentinamente, falta de interés en su apariencia);
- Un cambio drástico o una pérdida (ya sea por causa de muerte, divorcio, separación o relación fracasada);
- Falta de interés en los amigos, la escuela o actividades;
- Bajo nivel de autoestima (no sienten que tienen valor alguno, sentido de culpabilidad u odio hacia sí mismos);
- Falta de esperanza en el futuro (sienten que nada va a mejorar, que nada cambiará);
- Preocupación con la música, arte o reflexiones personales sobre la muerte;
- Amenazas directas por suicidarse al decir cosas como, “¡Mejor quisiera morirme!” “Mi familia estaría mejor sin mí.” O “No tengo razón por vivir.” Estas amenazas hay que tomarlas siempre en serio.
Conclusión
La depresión es una enfermedad como cualquier afección somática, muchas veces más funesta que estas últimas. Hoy por hoy afecta a millones de personas alrededor del globo, gracias a las exigencias de nuestra vida moderna, y si bien somos la especie que más huella ha dejado en la tierra, no hemos sido capaces de erradicar por completo este mal que nos acecha desde la oscuridad de nuestro “confortable hogar”, claro, si tenemos la suerte de tenerlo.
Referencias
Aguilar-Morales, J.E. y Vargas-Mendoza, J.E. (2006) Indicios de intentos de suicidios. México: Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C. En http://www.conductitlan.net/suicidios.htm
Trastornos depresivos. Asociación Psiquiátrica Americana, (APA, por sus siglas en Ingles), (Ed. Editorial medica Panamericana, versión en Español), Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, quinta edición, (DSM-5), (pp. 155-188), Madrid, España.